Dentro de los días que pasamos de vacaciones en Edimburgo, reservamos uno de ellos a hacer una excursión por alguna zona de interés de Escocia que no distara mucho de la capital, para lo que optamos por la empresa Rabbies Tour.
Aunque en un principio pensamos en recurrir al alquiler de un vehículo para recorrer algunos puntos turísticos, pero el hecho de ser pleno invierno, viajamos en Enero y teníamos miedo a vernos metidos en tormentas o encontrarnos con placas de hielo, unido a la conducción por la izquierda y a que muchas de las carreteras Escocesas son estrechas, nos echó atrás.
Pensamos también en recurrir al bus. Hacer los recorridos en autobuses de línea, pero aquí teníamos el inconveniente de que dependíamos del horario de estos.
Finalmente decidimos optar por una de las muchas compañías que ofertan visitar y tour guiamos desde Edimburgo. En concreto reservamos un tour con la empresa Rabbies, en concreto con su tour por las tierras de Fife y Sant Andrews, empresa que tiene sus sede desde donde salen los tours en la misma Royal Mile, justo enfrente de nuestro hotel.
La excursión la contratamos por internet, imprimimos el comprobante y a la hora señalada nos presentamos en las oficinas de Rabbies, justo al lado de nuestro hotel en la Royal Mile.
Ruta turística con Rabbies Tour por Fife y Saint Andrews:
Subimos al microbús en el que haríamos las excursiones, en total eramos 7 personas, y el conductor, un típico Escocés, regordito y con una larga barba pelirroja, se puso un micro y comenzó a hablar y explicar el viaje que haríamos.
La primera parada sería South Queensferry, donde se encuentra un largo puente que deja atrás Edimburgo para adentrarnos en el territorio de Fife.
Tras unos minutos contemplando el puente, alguna foto y alguna historia, emprendimos de nuevo la marcha, en esta ocasión con destino a Crail, un pueblecito costero al que llegamos a través de carreteras secundarias.
En Crail, dispusimos de 40 minutos para pasear por el pueblo. Una localidad de postal, es un bonito y agradable pueblo de pescadores, que unido al estado del clima, chispeaba y hacía algo de aire, le daban un aire especial, además al ser Sábado, mucha gente se concentraba en los cafés locales para desayunar.
Tras la visita a Crail, pusimos rumbo a Sant Andrews, cuna del golf, donde pasaríamos la mayor parte del día.
A Sant Andrews llegamos ya entrado el mediodía, y tras un paseo en microbús por lo más céntrico de la ciudad, unido a algunas explicaciones del guía de Rabbies, terminamos bajando junto al museo del golf para disponer de 3 horas para visitar la ciudad.
Nosotros pusimos rumbo, por una calle paralela a la costa, hasta las ruinas de la catedral, por el camino, encontramos las ruinas del castillo, a las que se accede desde una tienda de souvenirs que hay. Cuesta dinero entrar, pero nosotros no encontramos a nadie controlando el acceso, así como el que no la quiere, abrimos la puerta y entramos como sin nada.
Las ruinas están construidas junto al mar, y las vistas del mar bravo desde ellas es impresionante.
Continuamos la ruta y llegamos a las ruinas de la catedral, donde además de su cementerio, se puede observar una alta torre a la que se puede subir. Las entradas se compran, de nuevo, en la tienda de souvenirs. Si tenéis la Explorer Card, el acceso es gratis, pero a la hora en la que llegamos, las 13:30, la tienda para retirar las entradas estaba cerrada «For Lunch», así que nos conformamos por dar un paseo por las ruinas y poner rumbo al centro de la ciudad donde en un café compramos unos zumos y unos sandwiches para almorzar.
Breve paseo por la ciudad y marchamos al punto de recogida, donde esperamos el bus de Rabbies dando un paseo por los campos de golf de Sant Andrews.
Tras la visita a Sant Andrews, tocaba regresar a Edimburgo, pero lo hicimos por la zona de montaña, atravesando pequeñas aldeas y realizando una parada de 30 minuto en Falkland, donde lo más destacado, además de la montaña, es su castillo.
Ya con la noche entrada, llegamos a Edimburgo, donde cenamos y dormimos hasta el Domingo, último día en Escocia.
