Que Praga es uno de los principales destinos turísticos en Europa no lo vamos a discutir ahora. La capital de la República Checa recibe cada año a miles de turistas que invaden sus calles, visitan sus monumentos más representativos y pueblan sus barrios más pintorescos. Esos barrios, en los que durante los meses de invierno se puede respirar el ambiente bohemio, tranquilo y hasta inspirador de Praga.
Praga no es una ciudad grande en comparación con otras capitales Europeas, de ahí que el transporte público dentro de la ciudad se limité al taxi, y fundamentalmente al tranvía. Es una de sus estampas más tradicionales, que sigue llamando la atención del turista con esos cruces repletos de cables que forman la catenaria del tranvía, que queramos o no, nos hace retroceder en el tiempo.
Praga se puede recorrer a pie perfectamente. Visitar cada rincón más representativo de la ciudad andando, como la Plaza de la Ciudad Vieja (Staromestske namesti) donde se encuentran puntos de interés como el Reloj Astronómico o la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn. Pasear por sus barrios céntricos pasando por la Torre de la Polvora, las distintas sinagogas como la Sinagoga Maisel, la Sinagoga Pinkas, la Sinagoga Vieja-Antigua o la Sinagoga Española, o el impresionante Cementerio Judio, es toda una experiencia.
Pero una estancia de varios días en Praga da para mucho más que recorrer su barrio antiguo (Mala Strana), visitar el Castillo de Praga o cruzar el Puente de Karlos. También da para visitar otros lugares no tan turísticos pero que forman parte de la historia de la ciudad y suponen un extra en nuestra visita a la ciudad.
Una visita a Vysehrad en Praga:
Uno de esos lugares en Praga es la colina de Vysehrad, situada al sur de la ciudad antigua y donde se localizan la iglesia de San Pedro y San Pablo o el cementerio de hombres ilustres donde se encuentra la tumba de Jan Neruda.

Es muy probable que en tu guía de Praga, Vysehrad aparezca dentro de esos otros puntos de interés a visitar si nos sobra tiempo. Un lugar bastante frecuentado por los habitantes de Praga durante los meses de verano, ya que supone un lugar cercano para huir del bullicio de la ciudad y que nos permite disfrutar de la naturaleza con una espléndidas vistas a la ciudad y al río Moldava.
A Vysehrad se accede andando, a través de los senderos abierto entre la arboleda de la colina, un bello paseo hasta la cumbre donde podemos encontrar numerosos bancos a modo de mirador, o bien en coche desde la Calle Vratislavova. Os recomiendo la primera opción, mucho más atractiva y que no os supondrá ningún esfuerzo.

En la cima de Vysehrad se situaba la antigua fortaleza de Vysehrad. Hoy tan solo perdura el muro que rodea el perímetro de la colina y que sirve a los visitantes de lugar de descanso desde el que contemplar las vistas. Dentro de lo que era la fortaleza de Vysehrad se encuentra la Iglesia de San Pedro y San Pablo, reconstruida en el siglo XIX debido a un incendio.

Junto a la iglesia, se encuentra el pequeño cementerio de Vysehard, un espacio dedicado a dar sepultura a nombre nobles de la historia de Praga. Entre sus tumbas se encuentra la de Jan Neruda, uno de los hombres claves de la historia Checa.
El cementerio de Vysehard es un pequeño recinto rectangular anexo a la Iglesia de San Pedro y San Pablo y repleto de tumbas. En la entrada, un mapa nos indica la localización de las diferentes tumbas.

Como os he dicho, si os sobra un día en vuestra visita a Praga, una de las cosas que podéis hacer es visitar Vysehard. Un paseo por sus jardines en la colina, ganar la cima para disfrutar de una preciosas vistas y visitar el cementerio de personas ilustres no os supondrá más de medio día y siempre podréis presumir de haberos salido de la Praga más turística para visitar otros puntos de la ciudad.
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