El Barrio de Mala Strana es una visita obligada cuando llegas a Praga, capital de la República Checa. Un Barrio donde se respira ese aire histórico y bohemio que impregna la capital checa.
Nosotros tuvimos la suerte de descubrirlo y adentrarnos en sus calles desde el Puente de Karlos hasta la Isla de Kampa. Lo hicimos en pleno invierno, cuando la afluencia de turistas está al mínimo y fue toda una gozada poder pasear por sus calles adoquinadas en penumbra al caer la tarde.
No hay duda que Praga, capital del la República Checa, constituye una de las ciudades turísticas más importantes de Europa. Su carga y contenido histórico y cultural es tan amplio, que es referencia obligada para todo turista amante del arte y de la música.
Como toda ciudad turisticas, sus calles se llenan de excursiones de turistas, sobretodo, en periodos de temporada alta, verano, donde llega a ser incómodo visitar la ciudad.
Uno de los distritos más visitados dentro de Praga es el de Mala Strana, o Pequeña Ciudad, situado a la izquierda del Rio Moldova y a los pies de la ladera donde se asienta el Castillo de Praga.
Descubrir Mala Strana
Mala Strana alberga importantes obras arquitectónicas, sobre todo barrocas, aparte de un sin fin de callejuelas adoquinadas o la famosa Isla de Kampa.
De bullicio de los meses veraniegos, donde las hordas de turistas llenan sus calles y el famoso Puente de Karlos, una de las vías de acceso al barrio, Mala Strana recupera la calma y su encanto en los meses de invierno cuando sus adoquinadas calles reflejan la tranquilidad de un barrio hecho para pasear y respirar tranquilidad.
Perderse por Mala Strana al caer la tarde un mes de invierno es disfrutar de una experiencia única en Praga. La tenue luz de sus calles, el alumbrado público del barrio ayuda y mucho al ambiente, es retroceder al pasado, imaginarse cabalgando por sus calles y oir el estruendo de los cascos de un caballo sobre los adoquines.
La luz, la arquitectura, la ausencia de tráfico en las calles más interiores, nos brindan una experiencia casi de película. El pasear por sus calles silenciosas, tenues, el pasar por la puerta de un mesón checo y oir el bullicio en su interior y como la luz que sale de sus ventanas iluminan tu pasear.
Mala Strana conserva ese aire romántico difícil de olvidar, silencioso, lleno de pequeños cafés, donde tomarse un rico chocolate caliente en un ambiente literario único.
Más atrás quedan zonas del barrio como la Calle Nerudova, acceso desde el Barrio al Castillo de Praga, que conserva algunas tiendas dignas de visitar, o la Iglesia de San Nicolás, cada vez más rodeada de tráfico que le quita el encanto.
En resumen, si tu idea es de disfrutar de un momento romántico, escapa o visita Praga, pasea por Mala Strana al caer la tarde, y disfruta de sus calles.
Nuestro rincón en el mundo es: Mala Strana (Praga)
Periodo recomendado de visita: Invierno o cualquier fecha en temporada baja
Que visitar: Cualquier calle, adentrándose en el barrio desde el Puente de Karlos o la Isla de Kampa. También se puede visitar la Iglesia de San Nicolás y la Iglesia del Niño Jesús de Praga, que alberga un pequeño museo dedicado a la imagen.
Seguridad: Alta, nosotros no tuvimos ningún problema, paseamos de noche por calles poco transitadas del barrio, aun así, hay que tener cuidado, sobretodo con carteristas, en las zonas más pobladas como el Puente de Karlos.