Si buscas un lugar cargado de historia, animado y con mucho que ver en un día, Salamanca es el lugar ideal que te tendrá entretenido durante toda la jornada.
Lugares dignos de visitar, calles por las que pasear, bullicio el fin de semana gracias al ambiente estudiantil y una gastronomía asombrosa hacen de esta ciudad castellana un destino a tener en cuenta.
Además, si piensas que Salamanca no es un destino idóneo para pequeños, te equivocas ya que la ciudad tienes encantos suficientes como para entretener y fascinar a los más pequeños.
Pasamos 24 horas maravillosas en la ciudad acompañados de nuestro pequeño que disfrutó como los indios y no se perdió detalles de todo lo que se oculta entre sus monumentos.
Si quieres saber todo lo que hicimos en Salamanca durante 1 día con nuestro hijo, te invito a seguir leyendo este interesante artículo.
Un año antes estuvimos de escapada en Évora (Portugal)
Índice de Contenido
Escapada a Salamanca en 1 día
La ciudad es ideal para una escapada de 1 día, aunque guarda muchos secretos y atractivos que merecen la pena dedicar dos o tres jornadas, pero si vas buscando lo básico, y además disfrutar, es el lugar.
Fue lo que nosotros hicimos un fin de semana, llegar el Sábado por la tarde a la ciudad, disfrutar de ella durante todo el Domingo y regresar a casa el Lunes encantados de nuestra breve, pero completa visita.
Además, Salamanca es una de esas ciudades que es fácil de recorrer a pie, ya que el grueso de su atractivo se concentra en su casco antiguo o centro, con la Plaza Mayor como epicentro, por lo que los desplazamientos son cortos y breves.
Precisamente nos alojamos a unos 5 minutos de la Plaza Mayor, en el Paseo de Canalejas, Hotel EXE Salamanca, un establecimiento normalito, sin muchos lujos y perfectamente situado para desplazarnos a cualquier lugar del centro andando.
Tras acomodarnos, nos preparamos para tener nuestra primera toma de contacto con la ciudad, visita a la Plaza Mayor y cena a base de vinos y pinchos en el tradicional Mesón Cervantes, situado en un primer piso y al que se accede por una de las esquinas de la plaza.
Tras un paseo al caer la noche para contemplar la Catedral de Salamanca iluminada, vuelta al hotel para descansar pensando en la jornada del Domingo que dedicaríamos por completo a descubrir la ciudad.
Si estás pensando qué se puede ver en Salamanca en un día, sigue leyendo por que te contamos todo lo que dio nuestra jornada de sí.
¿Qué Ver en Salamanca en 1 Día?
En muchos establecimientos hoteleros de la ciudad y en la oficina de turismo, los más pequeños puede hacerse de un pequeño juego en el que se les anima, a base de pistas, a descubrir varios animales grabados en las distintas portadas de los monumentos de la ciudad.
Un juego que atrapó a nuestro pequeño y que nos sirvió de base para ir recorriendo la ciudad sin que el niño se cansase o aburriese.
Comenzamos nuestra ruta en la Plaza Mayor, ocupada por la feria del libro y un pequeño escenario donde se sucedían conciertos de distintas agrupaciones.
Visitar la Catedral Nueva y la Catedral Vieja de Salamanca
Programamos con tiempo una visita a las catedrales de la ciudad, para lo que compramos con antelación las entradas a través de la página web oficial.
La entrada incluye las visitas a la Catedral Nueva, la Catedral Vieja, el Claustro y el Palacio Episcopal que se sitúa en el edificio frente a la entrada, en la Plaza Juan XXIII, y que es un museo sacro.
Tenéis que reservar para una determinada hora, teniendo en cuenta que solo la visita a la catedral dura aproximadamente una hora u hora y media.
El precio de la entrada para la Catedral de Salamanca es de 10€ para los adultos y 7€ para los menores de 12 años, aunque hay precios especiales para familias numerosas, minusválidos, jubilados y grupos escolares.
Con la entrada, los más pequeños reciben una guía auditiva que les va explicando en un tono más infantil, las distintas capillas y partes del recinto.
Los adultos pueden escanear el código QR que está a la entrada para acceder a la guía auditiva online y seguir las distintas explicaciones durante la visita.
Dedicamos una hora y media aproximada en recorrer toda la Catedral en una visita bastante amena y entretenida, en la que nuestro pequeño, que adora este tipo de visitas, disfrutó como un enano que es.
Si tenéis pensado visitar la Catedral de Salamanca os aconsejamos hacerlo a primera hora del día, es cuando menos gente vais a encontrar, y por lo tanto disfrutaréis más del recinto.
Visitar la Torre de la Catedral de Salamanca
Una vez que abandonamos la Catedral, tocó visita a la Torre de la Catedral Vieja, Ieronimus, para la que también hay que sacar y reservar la entrada, que se hace por la Plaza Juan XXIII, por la zona trasera de la Catedral.
El precio de la entrada es de 4€ para los adultos y gratis para los menores de 12 años, aunque deben reservar la entrada igualmente, y la visita dura aproximadamente entre 30 y 40 minutos.
Esta, básicamente, se centra en subir hasta el campanario de la torre de la Catedral, con salas intermedias donde se expone parte de la historia de la torre y un breve recorrido por el tejado y balconcillo interior de la nave principal.
La subida a la torre se realiza por una escalera de caracol algo estrecha, para lo que han inventado un sistema de semáforos que indican la dirección de subida o bajada en ese momento.
Una vez en el campanario de la torre, tienes que estar prevenido con el toque de las campanas que se producen en los cuartos, medias horas y horas, ya que el susto suele ser enorme si no lo sabes.
Si planeas subir a la torre de la Catedral de Salamanca te aconsejo que saques entrada anticipada en su web y reserves las primeras horas del día, a media mañana y a media tarde suele haber cola de espera para acceder.
Otras visitas en Salamanca
Antes de comer, como no podía ser de otra manera, nos acercamos a ver la famosa Rana de la Universidad, muy cerquita de la Catedral y a visitar el patio de la universidad antes de poner rumbo a la Plaza Mayor.
Por el camino, visita a la Casa de las Conchas antes de entrar en la Plaza en busca de un sitio para comer.
Comer en Salamanca
Comer en Salamanca es básicamente salir de vinos y pinchos, La variedad de bares, tascas y mesones es enorme, y en todo ellos puedes disfrutar de deliciosos pinchos, que según el lugar, tendrán un precio u otro.
Si buscas pinchos más económicos, lo mejor que puedes hacer es alejarte del centro histórico de la ciudad y buscar más los bares de barrio o la zona de la Calle Van Dick.
Nosotros hicimos primera parada del día en La Tapas de Gonzalo, en la misma Plaza Mayor. Un local pequeñito y decorado con muy buen gusto que tiene un par de mesas altas, barra y restaurante en el piso superior.
Nos acomodamos en una de las mesas altas y disfrutamos de unos vinos de la tierra, algunos pinchos y un par de raciones de su carta por unos 40€ en total.
La segunda parada fue en la Marquesa Brava, una amplio mesón donde disfrutamos de nuevo de vinos de la tierra, pinchos y raciones por unos 30€.
Con el estómago lleno, pusimos rumbo a completar parte de nuestra ruta para que el pequeño terminara de encontrar los animales de su juego.
Visita rápida al Convento de San Esteban, fuera del centro histórico y paseo por el jardín de Calixto y Melibea antes de disfrutar de un café en una de las cafeterías de la Rua Mayor.
Cenar en Salamanca
Tras un breve paso por el hotel para descansar, ducha y cambio de ropa, decidimos ir a cenar al iPan iVinos, en la Calle Felipe Espino, perpendicular a la Rua Mayor.
Un acogedor local con un aire rustico, pero a la vez moderno, con unas tapas y raciones deliciosas, donde cenamos de maravilla.
Con el cansancio de pasar todo el día recorriendo Salamanca, última parada para disfrutar de unos de los conciertos de la Plaza Mayor antes de poner punto y final a nuestro fin de semana de viaje.
