La pequeña isla griega de Rodas tres lugares que deben ser visitados por todos aquellos que ponen un pié en la isla. Por lado la Ciudad Medieval de Rodas, obligatoria su visita, por otro lado la población de Lindos, con su Acrópolis, y por último, el Castillo de Monolithos.
El capricho quiso que estos tres puntos de interés se situasen, cada uno, en un punto cardinal de la isla. Así, Rodas quedaría al norte de la isla y desde ella y por carretera se puede acceder, por el este a Lindos y por el Oeste a Monolithos.
Uno de esos puntos de obligada visita en el caso de que visitemos la Isla de Rodas es el Castillo de Monolithos.
Monolithos es una pequeña localidad de la Isla de Rodas, que se situa en la costa oeste de la misma, en el sur. Dista unos 60 Km de la capital, Rodas, y a ella se puede acceder, fácilmente, en coche.
La localidad en si no tiene ningún interés. Es una típica población, de las muchas que podemos encontrar por la isla, compuesta de casas, casi todas de doble altura, que rodean a una plaza, que hace las veces de centro social de la localidad, donde se encuentra, entre otras cosas, la iglesia del pueblo.
A Monolithos se llega a través de la carretera que recorre la costa Oeste de la isla. La misma que lleva desde la capital hasta el aeropuerto.
Hay que dejar atrás Monolithos y tomar la carretera que lleva a Frourio para llegar al castillo.

La carretera está en buenas condiciones, se nota el asfaltado nuevo de la misma, y transcurre por el elevado terreno, describiendo numerosas curvas, algunas muy cerradas, y dejando a la derecha los numerosos miradores que permiten ver la costa desde la altura.
Durante la temporada alta, dichos miradores son ocupados por puestos ambulantes, aprovechando la afluencia de turistas.
La llegada al castillo no tiene perdida, pocos kilómetros antes de llegar ya se divisa a lo lejos el montículo sobre el que se levanta el castillo de Monolithos dejando una bonita estampa digna de fotografiar con el Mar Egeo de fondo.

Desde la carretera al castillo hay que subir andando. El coche se puede quedar fácilmente en un pequeño aparcamiento, y el camino hasta la cumbre, más que señalado está marcado por una vereda que se abre paso entre las rocas y la vegetación.
La subida es bastante suave,incluso ha tramos en los que se han improvisado algunos escalones de piedra para facilitar el ascenso que en poco minutos nos llevará hasta la cima donde se levanta el Castillo de Monolithos. Aunque la subida no sea complicada, siempre es recomendable llevar calzado cómodo.
Visita al Castillo de Monolithos en la Isla de Rodas:
Las ruinas del Castillo de Monolithos se encuentran relativamente bien conservadas, eso si no hay ningún tipo de vigilancia, lo que unido al incivismo de algunos turistas o quizás a periodos en los que el paraje se satura de visitantes, es bastante común di desagradable encontrar algunos restos de basura como papeles, envoltorios o latas.

Una vez en el Castillo de Monolithos, se puede comprobar como este fue ideado como fortificación defensiva. Quizás su misión fue la de servir de punto de vigilancia donde observar el horizonte del mar, de ahí que lo mejor de las ruinas sean sus vistas, limpias y deliciosas, sobre la costa oeste de la isla. El mar azul intenso se disfruta desde lo alto de dichas ruinas, que junto con la brisa de estas alturas, hacen la estancia agradable.
Merece la pena, y mucho, el pasar un buen rato sentado en la soledad del castillo contemplando sus vistas, el mar, a pleno contacto con la naturaleza y aislados del mundanal ruido turístico de los meses de verano.

Nuestra visita al Castillo de Monolithos la realizamos en el mes de Enero, desplanzándonos desde la ciudad de Rodas en coche hasta la falda del Castillo de Monolithos, un viaje de apenas 1 hora, de carretera en buen estado y con poco tráfico. El tramo más cercano al castillo de Monolithos, el coincide con las subidas a las montañas, presenta más curvas, algunas bastante cerradas con lo que es importante prestar atención.

Fuimos los único visitando el Castillo de Monolithos, lo que nos permitió poder disfrutar de todo el paisaje y las vistas tranquilamente, eso si, en temporada alta todo la zona tiene pinta de saturarse de turistas buscando la foto. Los arcenes de la carreteras en los altos, sobre todo en las zonas donde hay miradores, suelen estar habilitadas para puestos de comida o souvenirs, es más, en algunos tramos estos puestos estaban colocados aunque cerrados.