Nunca me ha llamado la atención los viajes a resorts bajo la modalidad de Todo Incluido. Sinceramente, no va comingo eso de hacerse 8 horas de vuelo para pasar 5 días encerrado en un resort con la posibilidad de poder comer y beber hasta no poder más.
Lo mio es más de ciudades, de buscar el pasear y andar con la cámara al hombro buscando lugares, rincones sorprendentes y el ir descubriendo la ciudad a medida que paseo por sus calles, pero llegó el día en que mi pareja quiso probar eso que llaman turismo de todo incluido y que mejor sitio que Punta Cana, en la República Dominicana.
Ya que iba a ser nuestra primera experiencia en un resort Dominicano, y seguro que será la última, decidimos elegir bien el hotel donde hospedarnos durante 5 días, y gracias a algunas recomendaciones nos decidimos por el Bávaro Princess, un resort en Punta Cana, en concreto en la zona de Bávaro muy cerca del Cortecito.
Pullmantur fue el mayorista del viaje y, en honor a la verdad, decir que no tuvimos ningún tipo de problemas ni con el hotel ni con el viaje. Vuelo desde Madrid directos al Aeropuerto de Punta Cana, recogida en bus en el mismo aeropuerto y traslado hasta el Bávaro Princess. Ya en el mismo momento en el subes en el autobús que te lleva al hotel, empiezas a notar como se las gastan en República Dominicana, aire acondicionado enfriando al máximo y música a tope.
Durante el traslado desde el aeropuerto de Punta Cana hasta el Bávaro Princess, trayecto de unos 40 minutos, conocimos a otros huéspedes del hotel que repetían visita. Hablaban del Bávaro Princess como del mejor hotel del Punta Cana, la mejor animación, los mejores espectáculos, el mejor servicio. Era como si de una religión se tratase. Personas que repetían visita todos los años al mismo hotel, y no por 5 días como la mayoría de los que viajábamos al Caribe, sino hablo de estancias de hasta 30 días. Pronto entenderíamos porqué tanto tiempo y tantas visitas al mismo hotel.

El bus de traslado te deja en la misma puerta del Lobby o recepción. Un gran espacio abierto, protegido por una enorme visera, perfectamente decorada y elegante. Nada más detener el bus, los más veteranos el viaje salieron corriendo del bus dirección a los mostradores de recepción mientras que otros muchos, los más novatos como nosotros nos preocupamos más de nuestras maletas. Después entendimos que el personal del hotel se encarga de llevar tu equipaje a la habitación asignada, tan solo debíamos hacer el check in y colocar una etiqueta en nuestras maletas para que el personal supiese cual era nuestra habitación.
El check in se hizo eterno. Mucha gente para tan poco mostrador, de ahí que los más veteranos, los que repetían estancia en el Bávaro Princess salieran corriendo del bus. Eso sí, la espera se amenizó con un cóctel de bienvenida.

Era ya de noche, aproximadamente las 20 horas cuando por fin nos registramos en el hotel y nos asignaron la habitación. El Bávaro Princess es un resort dispuesto a los largo de un inmenso y ciudadísimo jardín donde las habitaciones se disponen en forma de chalecitos de dos plantas (4 habitaciones). Dispone de 2 piscinas, la más grande y principal junto a la playa y otras más pequeña y familiar junto al lobby. Además, un impresionante manglar visitable atraviesa el hotel. Para desplazarnos por las instalaciones del hotel de un lugar a otro, el propio Bávaro Princess tiene un sistema de transporte llamado «trenecitos». Pequeños carros eléctricos que recorren el hotel dentro de unos circuitos establecidos con sus paradas.

Instalaciones del Hotel Bávaro Princess:
Como os he dicho, el hotel está situado sobre un extenso jardín a pié de la playa, bastante cuidado y agradable de pasear por el. Además, este jardín es atravesado por un manglar que puede ser visitado gracias a un puente de madera que lo recorre.
La instalación principal es el Lobby, que hace las veces de punto de reunión y recepción. Junto a él, un pequeño pasaje con tiendas, un salón de actos, el comedor principal donde se sirven los desayunos, comidas y la cena, y el teatro, donde cada noche se realizan espectáculos.
Junto a la entrada del comedor principal está la parada-salida del «trenecito» y junto a esta un pequeño mostrador que hace las veces de tienda de fotografía donde se exponen y venden las distintas fotografías que el fotógrafo del hotel realiza a los huéspedes.

El hotel cuenta con 2 piscinas. La principal, junto a la playa, donde se realizan actividades y animación a partir de las 17 horas y otra más pequeña, tranquila y familiar junto al Lobby.
El tramo de playa junto al Bávaro Princess es extenso. Se pueden encontrar redes de voley playa, actividades para los más pequeños con cuidadores, además existe un kiosko de bebidas y uno de hamburguesas y perritos calientes. Los huéspedes del hotel tiene a su disposición en la playa hamacas, sombrillas y toallas.
El Hotel cuenta además con un bar húmero, es decir, una barra dentro de la piscina, además de otra fuera de la misma, y otro comedor junto a la playa y la piscina que solo abre durante las comidas.

La oferta del Hotel se completa con una serie de restaurantes temáticos para los que hes preciso pedir cita previa en el lobby.
Habitaciones del hotel Bávaro Princess:
Las habitaciones del hotel se sitúan a lo largo y ancho del jardín del hotel, siendo, y no se porqué, las más solicitadas las situadas junto a la piscina.

Todas las habitaciones están montadas a modos de chalecitos, con 4 habitaciones por chalet, dos arriba y dos abajo. El acceso a las misma es a través de una pequeña terraza, estando la habitación separada de la misma por un gran ventanal. En el interior de la habitación, una estancia a modo de recibidor, con una pequeña cocina a la derecha, con nevera y un pequeño salón a la izquierda. Subiendo un par de escalones se encuentra la cama de matrimonio, con un armario a su derecha y un mueble con la Tv a la izquierda. Junto a este mueble, unos escalones hacia abajo llevan a un pequeño pasillo con armarios, tabla de planchar y caja fuerte (Hay que solicitar la llave en recepción) y al final del pasillo el baño, con un gran espejo, dos lavabos y una bañera.
Mi experiencia en el Bávaro Princess:
Como os he dicho al principio, no creo que repita otro viaje de este tipo. No tengo nada en contra de ellos, pero simplemente no se acercan ni por asomo a lo que yo entiendo como turismo. Durante nuestra estancia encontramos a varios grupos de personas con distinto objetivo vacacional. Unos, la mayoría, recién casados en busca de un viaje romántico (no creo que un resort en el Caribe sea una opción romántica). Otros, los que viajan en familia, buscando un lugar donde poder disfrutar de sol y playa, donde poder dejar a los niños mientras lo padres disfrutan del bar (Creo que no hay que irse tan lejos para eso). Y por último aquellos que repetían viaje y que, como una religión, todos los años echan su semana en el Caribe y más en concreto en el Bávaro Princess. Sobre este grupo pronto entendimos el porqué. Muchas señoras encariñadas con animadores Dominicanos y muchos señores en busca de cariño Caribeño.

El hotel ofrece animación para todos sus clientes. Desde muy temprano con una especie de Thai Chi en la playa y a eso de las 17 horas en la piscina principal, la música empieza a sonar a tope y los animadores comienzan a organizar todo tipo de concursos en las que las parejas de huéspedes luchas por ganar una botella pequeña de Ron.
Cuando cae la noche, el Teatro toma el mando de espectáculo con un programa establecido previamente. Show musicales, representaciones, animación para niños y como no, más concursos para turistas.
A eso de las 00 horas, la animación termina y es turno para irse a la cama. O tiempo discoteca Dominicana para aquellos grupos de turistas que cierran, bajo cuerda, viajes a las discotecas del momento en Punta Cana.
Excursiones en República Dominicana:
El hotel Bávaro Princess oferta a sus clientes una serie de excursiones. Un mostrador en el lobby junto al salón de actos hace las veces de agencia de viaje. Primeramente, todos los huéspedes son reunidos el primer día en el salón de actos para explicar lo que van a encontrar en el complejo así como para vender las distintas excursiones. Antes de nada, se empeñan en recordarnos el peligro que corremos si decidimos salir por nuestra cuenta del recinto del hotel. Un consejo, en el Cortecito encontraréis supermercados donde poder comprar el Ron más barato que en el hotel.

Las excursiones varían de precio según el destino y las actividades a realizar, pero todas tiene algo en común, la «Vitamina R». Fiestas en catamarán hasta una isla paradisiaca, excursiones para comer langosta, submarinismo, acuarios o viaje a la península de Samaná (por la que nos decidimos).
Así pues, nuestros 5 días en el Caribe trascurrieron entre comidas copiosas, siestas en la playa, en la piscina, viaje a Samaná (lo único que destacaría del viaje) y aburrimiento generalizado.